jueves, 29 de noviembre de 2012

Han dado contigo


Silba en el baño público. No sabe qué melodía. Contagia a uno que sale del baño silbando no sabe qué melodía.


También un verano puede ser crudo.


Piensas en carreteras y enseguida en piscinas. Por no dejar demasiada libertad a la asociación libre piensas que ambos son lugares públicos –más o menos públicos- que, en un momento, o en contados momentos, son susceptibles de convertirse en lugares íntimos. Lugares de intimidad. No lo asocias con la soledad, sino con la intimidad compartida. Sexual.
Cheever ha hecho una carretera de piscinas.


Conduces por carreteras perdidas, hasta perderte en un barranco. Este fue un año duro. Un mal mes. Un pésimo día. Un aterrador minuto. Ahora escribes desde el fondo del barranco. Crees que conseguirías abrir la puerta incluso antes de que se te acabe la tinta o se deshinche el air-bag. Lo que ocurra antes. Pero se está tan bien allí. Solo. Con su ausencia rogándote que la perdones desde el asiento del copiloto. Bien está lo que bien acaba, solía decir tu madre. ¿O era tu padre? ¿Lo recuerdas? ¿Recuerdas a alguno de ellos? Fue un mal año, sí. Pero ya acabó. El primer propósito para el nuevo año: aprender a conducir.


Dormir era más difícil que odiarla.


¿Qué tendrá de original cuando lo hagamos por segunda vez? –preguntó Eva a Adán.


Vuelven de enterrar a sus muertos. Cada uno, cada grupo, a los suyos. Viven en la misma ciudad. En el mismo barrio. En la misma casa. Vuelven llorando. Como si no hubieran sido ellos mismos los asesinos. Sus lágrimas resultan tan creíbles que es increíble que a ti no se te escape una. 


Olvidas que huyes. Te detienes a mirarla. Te detiene. Olvidas que huyes. Decir que te distraes no sería justo. Decir que eres un inconsciente sería una simpleza. Sólo tienes futuro para ella. Olvidas que huyes. Creen que han sido ellos quienes han dado contigo. Recuerdas haber olvidado que huías. No te arrepientes. En el fondo no te arrepientes. Ella no sabe quién eres ni qué ha sido de ti. Había un hombre que la miraba fijamente. Un hombre que huía y lo olvidó al verla.


Eras golondrina. Ahora eres community manager .